El CEFyL no puede ser moneda de cambio en la rosca por el decanato
Vamos con la izquierda
Las elecciones en Filo (simultáneas al resto de la UBA, entre el 2 y 6 de septiembre), plantean el balance de dos experiencias de la Facultad. Por un lado, cambiará el decano, ya que Trinchero tuvo dos mandatos consecutivos –ocho años-, y no puede ser reelecto. La Juntada, a la vez, cumple tres largos años como conducción del CEFyL y cuatro como mayoría estudiantil en el Consejo.
Trinchero, fervoroso kirchnerista, posaba de “progre”, y aseguraba que junto al gobierno la Facultad mejoraría. Pero la realidad es categórica: siguió el libreto de la LES menemista y convirtió a Filo en una maquina de recaudar por la venta de servicios al mercado (laboratorio de idiomas y postgrados). Este avance privatista no es negativo solo “ideológicamente”. Su contracara es que estudiantes y docentes de la Facultad seguimos padeciendo la falta de espacio (¿dónde está el nuevo edificio?), condiciones de cursada precarias, designaciones que se caen, ajuste en las becas…La ida forzada de Trinchero no significa el fin de su política. Como toda camarilla, prepara la sucesión al interior de su gestión. Así, asoma la candidatura de la actual vicedecana Graciela Morgade para encabezar la sucesión. Apoyada por el FUP-La Cámpora, expresa la intención de avanzar con las reformas descalificadoras de los planes de estudios impulsadas por el ministerio de educación, el ANFHE, el CUCEN y la CONEAU.
La pelea por la sucesión quebró a la gestión. Se está armando, así, una alternativa para pelear el decanato con expresión en todos los claustros. ¿Puede haber un cambio? De ningún modo, por la sencilla razón de que sus protagonistas son destacadísimos funcionarios de la actual gestión. La ex vicedecana Acuña y el ex secretario de investigación Guevara renunciaron a sus cargos denunciando “los modos de gestión” y reclamando “diálogo”. La diferencia, por lo tanto es de forma y no de programa. Por eso, estos profesores plantean modificar el “estilo”, pero seguir a fondo con la obtención de recursos propios, el alineamiento con el rectorado y la acreditación de las carreras.
El dato más importante, sin embargo, es que este frente entre ex funcionarios y graduados trincheristas cuenta con la activa participación de La Juntada. Se trata de un hecho de suma gravedad, pues significa que la conducción del CEFyL habla de democratización para la tribuna, mientras opera desembozadamente por la elección de un nuevo decano. El programa con el que lo hará es un completo aval a la política previa: recursos propios para paliar aquello que el Estado no aporta. Utilizar al Centro de Estudiantes como moneda de cambio para esta política es inaceptable, y muestra que estamos ante una burocratización manifiesta. Esta grosera integración de La Juntada al régimen universitario es un salto en calidad, preparado por su completa adaptación a la gestión en estos tres años. El CEFyL perdió su filo crítico, de “contrapoder” a la política de las autoridades. Hoy, se limita a ser una expendedora de servicios (para colmo sin balances públicos claros y con una deuda enorme). La pasividad de La Juntada fue la base para una ofensiva de las autoridades, que lanzaron un ajuste en regla contra el movimiento estudiantil: eliminando becas de apuntes, reduciendo de 1200 a 300 los estudiantes a los que se le otorga un estipendio miserable, de los cuales la mayoría sigue sin cobrarlo, reduciendo cursadas en el turno noche pasando cursadas al turno mañana y tarde, y cajoneando cualquier perspectiva de avanzar en la construcción de un nuevo edificio.
Necesitamos otra cosa: consejeros estudiantiles y un centro independientes de la rosca, para avanzar en la democratización
Muchos estudiantes y agrupaciones hemos peleado contra la inacción del Centro y su integración a la política de las autoridades, incluso impulsando medidas de acción para defender los derechos estudiantiles contra los ataques trincheristas. La minoría en Consejo que hoy ostenta el Plenario de Izquierda dio esa batalla, pero también en las carreras, desde distintas experiencias políticas de izquierda se recorrieron caminos de lucha.
La UJS piensa que quienes rechazamos la integración de nuestro centro a esta interna por el decanato debemos confluir en una fuerza común. Presentaríamos, así, una poderosa alternativa a la pelea por el decanato entre las distintas variantes trincheristas, que a nivel estudiantil tendrán sus listas en La Juntada, por un lado, y el FUP-La Cámpora por el otro. Proponemos esto a agrupaciones como el PTS, El Viraje, MAS, Izquierda Socialista, Prisma, Revire, Luchadora, Norberto Blanco y Cauce (hoy La Bemba). También a las representaciones estudiantiles independientes que desde las carreras vienen luchando por la democratización como es el caso de Geoide, la representación estudiantil por la mayoría en Geografía y El Linde, representación estudiantil en Artes.
La confluencia de estos espacios políticos será una señal para que el conjunto de los estudiantes de la facultad avancen junto a la izquierda por sus reclamos. Hay que sacudir el polvo de la inacción de nuestro centro e impulsar en el consejo una voz independiente por la democratización. Desde la UJS-Partido Obrero ponemos esta propuesta a consideración de todos los estudiantes y fuerzas políticas que den el paso adelante: es hora de avanzar.
Unión de Juventudes por el Socialismo
Partido Obrero
Secretaría General CEFyL - Presidencia FUBA
Minoría estudiantil en el Consejo Directivo
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